El edificio de la capilla que hoy vemos es el resultado de cambios y reformas a lo largo de varios siglos, pero aún así este lugar fue una ermita, (que aparece citada en los testamentos del siglo XVI), una de las más antiguas de la villa de Chiclana pues data de 1556. Tenemos que imaginarnos que antiguamente el centro de la villa era la zona del castillo y la primitiva iglesia mayor e iglesia-convento San Martín, por eso la ermita se considera que estaba a las afueras, aunque hoy vemos que la ermita-hoy capilla- está en pleno centro histórico. Todavía podemos apreciar que situaron la ermita en una encrucijada de caminos, hoy 5 calles:
- la Cuesta de la Villa (cuesta del Matadero) para los que iban hacia otras poblaciones,
- los Carriles de la Vera Cruz (calle Bailén)
- una calle que daba a un antiguo convento de agustinos e iglesia San Martín (Calle Convento)
- Y el camino más importante: el camino a los campos de Fuente Amarga.
En esta encrucijada de caminos, es donde se establece una ermita que aparece en los documentos desde el siglo 1556 vinculada a la hermandad de penitencia más antigua, la de Vera Cruz (Lignum Crucis) y a la venerada imagen del Santo Cristo. Por lo tanto, aunque sean edificios y elementos de los siglos XVIII y XIX, la capilla fue antes ermita desde el siglo XVI. Es un espacio sagrado, que ha tenido culto desde hace más de 4 siglos.
El atrio es el espacio, que separa la Capilla o Ermita del Santo Cristo de la Plaza que lleva también ese nombre. El atrio está cubierto con losas de Tarifa. En la pared del atrio hay dos cipreses, árboles de gran simbolismo sagrado, que flanquean una cruz, donde antes estuvo un monumento dedicado a las víctimas de la guerra civil de 1949. En el otro lado, el enrejado permite separar las calles del recinto sagrado. Antiguamente, antes de construirse el acerado, habían unas escaleras (más de 10 escalones) de mayores dimensiones que la actual y que daba más majestuosidad a la entrada.
La fachada principal de la iglesia destaca sobre todo por su sencillez. Un retablo cerámico a la izquierda, nos recuerda la imagen más venerada de este templo: el Santo Cristo. Un arco de medio punto da acceso a la capilla. El arco está formado por sillares de piedra vista. Más arriba vemos un ojo de buey, es decir una ventana de forma circular, que hoy día parece tener una función de ventilación para la cubierta.Una espadaña de elementos clásicos sostiene la campana, elemento fundamental como medio de aviso y medio de llamada a la oración. Esta campana, como todas, está dedicada a un santo o advocación. Esta está dedicada al Stmo. Cristo de la Vera+Cruz y Ntra. Sra. de Guía.
La capilla es un templo que presenta planta de cruz latina, y solo tiene una nave.Presenta una techo a dos aguas, y techumbre de tradición rural, son llamadas “vigas de par sobre caballete”. Por eso la nave principal presenta esa forma achaflanada, con tres planos diferentes. Hoy se encuentra en proceso de estudio y conservación. En los muros de la nave principal encontramos dos grandes lienzos dedicados a la Adoración del Niño Jesús, y otros dos al Corazón de Jesús y Corazón de María.
Además del Santo Cristo se fueron sumando a ella otras devociones. La más singular es la de la hermandad de Virgen de Guía (hoy extinguida). Se sabe que llegó a tener mucha relevancia y devoción (dicen que estaba vinculada con los militares de la villa). Consiguió hacerse una capilla propia, ocupando para ello una “banda de terreno” del camino de Fuente Amarga. Solicitó esos permisos al Cabildo en 1783, entregando para ello un memorial del arquitecto Torcuato Benjumeda. Se trata de una capilla decorada con arcos y cornisas que tienden a los modelos clásicos, habituales de este arquitecto del neoclasicismo gaditano.
En uno de sus muros encontramos la lápida conmemorativa de la construcción de la capilla de la hermandad de Guía, y que menciona el nombre del mayordomo y el nombre del Obispo y el Papa que aquellos años regía. El Sumo Pontífice al que se cita es Pío VI, que fue Papa desde 1775 hasta 1799. Por lo tanto esta capilla fue construida en el último tercio del siglo XVIII.
La imagen titular de esta cofradía es la bella imagen que podemos ver hoy. Es una imagen con rasgos de la escuela genovesa del siglo XVIII, algunos historiadores apuntan que tiene rasgos similares a otras imágenes de Doménico Giscardi, escultor de la imagen de Santa Ana, situada en la ermita del cerro. Hoy día vemos a la imagen de Guía en un precioso retablo tardobarroco. Es muy característico de este estilo el uso de la rocalla, un elemento en forma de ese S, que recuerda también a las conchas que podemos ver repartido por todo el altar. También tienen huecos para espejos (hoy oxidados o perdidos), que provocaría un sorprendente efecto de estos espejos reflejando la luz junto con los reflejos de los panes de oro del resto del retablo. En las hornacinas laterales se encuentran dos esculturas muy peculiares, son San José y La Inmaculada Concepción, tallados en mármol blanco.Un San Juan Bautista niño, patrón de Chiclana, ocupa el centro de la hornacina principal. Tiene una decoración muy rica en su túnica que combina la técnica del estofado, el burilado y cincelado con aplicaciones al pincel de rosas y motivos florales. Esta decoración es idéntica al que podemos ver en el banco de este retablo.
Otra imagen muy venerada en la Capilla del Santo Cristo es la de San Isidro Labrador dirigirse al Altar de San Isidro Labrador, santo patrón de las gentes del campo que eran muy devotas de esta capilla, y antiguo co-titular de nuestra cofradía. Se conserva una imagen más antigua de San Isidro, fechable en el siglo XVIII.
Además de los cultos a Santo Cristo, a Ntra. de Guía y a San Isidro, en 1759 se establece también en esta Capilla la “sociedad de los siete dolores” conocida como Venerable Orden Tercera de Servitas. Estuvieron desde mediados del XVIII hasta mediados del XIX, concretamente en 1853 en que se trasladan a la nueva iglesia mayor de San Juan Bautista. Se conserva la imagen titular (hoy en San Juan Bautista) y un detalle de esa congregación queda en esta capilla, su símbolo, el corazón atravesado por 7 puñales, que se puede ver en el cancel de la puerta.
Actualmente, nos encontramos en esta capilla con otro altar donde se encuentra la virgen de las Angustias y un Cristo yacente. Estas imágenes están asociadas a la primitiva cofradía del Santo Entierro de Cristo y su Santísima Madre en su Soledad, que tenía su sede en un convento de Agustinos Ermitaños en la zona de la actual calle Convento (precisamente una de las calles que dan a la plaza del Santo Cristo). Al desaparecer el convento en el siglo XIX se estima que pasaron a la capilla del santo Cristo. La denominada “virgen de las Angustias” presenta rasgos del XIX o anterior, aunque no ha sido estudiada por el momento.
Sin embargo, el Cristo yacente ha sido ya documentado recientemente. Accidentalmente se localizó un documento de autoría en su interior. Gracias a este documento, sabemos ya que era la imagen titular que la antigua hermandad del Santo Entierro encargó a un maestro genovés a finales del siglo XVII o principios del XVIII. Es una escultura muy singular, tallada en madera pero tiene los brazos articulados para poder escenificar la Crucifixión y el posterior descendimiento de la Cruz. Además el escultor genovés es desconocido por el momento en los estudios de escultores genoveses en Cádiz, un equipo de 3 personas sigue investigando para conocer aún más la historia de esta antigua hermandad, de esta imagen y de su escultor. Desgraciadamente tras más de 300 años desde su ejecución, esta imagen ha llegado hasta nosotros en pésimas condiciones, por lo que se está iniciando una campaña para su restauración.
Tras cuatro siglos de historia, la capilla del Santo Cristo prosigue con sus cultos, los del antiguo Santo Cristo, pero también se ha incorporado un grupo parroquial que rinde cultos a la imagen de la Divina Pastora, realizada recientemente por el escultor Miguel Ángel Valverde.
Fuente: Dña. Carmen Arias Guerrero
¿Existe más información sobre la "virgen de las Angustias"?
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